Literatura delicada, exquisita y finísima. Sutil. Cada título de Irène Némirovsky contiene tales calificativos. Cualquier libro suyo es apetecible. Ninguno defrauda. En 2004, se publicó Suite francesa, y el mundo se rindió a su pluma. Desde entonces, todos sus escritos pugnaban por situarse en las listas de los libros más vendidos.

irene-nemirovskyNacida en Kiev, casi a la vez que lo hacía el siglo (1903) se cuenta que su infancia no fue feliz. La revolución bolchevique hizo que junto con su familia huyera y se instalara en París, donde Irene recibió una educación exquisita. Obtuvo su licenciatura en Letras en la universidad de la Sorbona, pero ya antes había iniciado su carrera literaria publicando algún texto en la revista Fantasio. El éxito le sobrevino en el año 1929, con la publicación de David Golder, la historia de un banquero caído en desgracia tras sufrir un ataque cardíaco. El libro fue un éxito que Irène pudo saborear. Pero su brillante carrera pronto se vería truncada. Los nazis ocuparon París. Irene era judía. Y una cosa pronto llevó a la otra. Fue detenida, deportada y asesinada en Auschwitz, junto a su marido.

el-baileEl baile fue publicado cuando su autora era una joven veinteañera. La obra fue publicada en Francia en 1930 y hasta los años 80 no se tradujo al español. El libro es una crítica feroz a esa parte de la sociedad que hoy llamaríamos “nuevos ricos”. Los Kampf son una familia que nada en la abundancia. Pero hay algo que no tienen: el reconocimiento social. Ese será su objetivo y para conseguirlo, deciden dar un baile, una gran fiesta. Se cursan las invitaciones, dirigidas a lo más granado de la sociedad parisina. Antoinette, la hija adolescente del matrimonio, pretende asistir al evento pero su madre no está de acuerdo. Herida en su orgullo, Antoinette gestará su venganza que desembocará en un dramático final.

“Con los dientes apretados, agarró los sobres y los estrujó, los rompió y los lanzó todos juntos al Sena. Con el corazón ensanchado, los contempló flotar contra el arco del puente. Luego, el viento acabó por llevárselos río abajo. “

Sólo 96 páginas son suficientes para la exposición de la trama. Los personajes, pergeñados con maestría; el contexto, expuesto gráficamente; el lenguaje, preciso y exento de florituras. Parece que la autora hubiera escogido pacientemente qué palabras utilizar para que nada falte ni sobre.  Además la novelista da cuenta de su perspicacia al realizar el retrato psicólogico de sus personajes.

Recomendamos vivamente la lectura de este opúsculo. Una obrita deliciosa que cautiva al lector desde la primera línea.