BICENTENARIO-PRADOEl 19 de noviembre de 1819 el Museo del Prado abrió sus puertas al público exponiendo 311 obras. Hoy, doscientos años después, el Museo se viste de gala para celebrar su bicentenario con una ambiciosa programación que arranca con una fantástica exposición de la que aquí, este Criticón, quiere dar cuenta: Museo del Prado 1819-2019. Un lugar de memoria.

En palabras de Javier Portús, comisario de la muestra, <<se propone al visitante un recorrido cronológico por el devenir del museo, que es un criterio que permite subrayar lo que tiene de institución viva y especialmente permeable a los vaivenes históricos del país>>. Organizada cronológicamente, el espectador caminará a través de la Historia del Museo, indefectiblemente ligada a la Historia de España. Ocho salas albergan 168 obras originales, de las que 134 son propiedad de la pinacoteca y el resto han sido recibidas en préstamo desde diferentes instituciones españolas e internacionales.

Como no podía ser de otro modo, la exposición se complementa con un magnífico catálogo. Un libro hecho con mimo que cuenta con la participación de expertos en la pinacoteca. Cuatros exhaustivos estudios analizan la política de adquisiciones del Museo, las donaciones y legados recibidos y la relación entra la institución y la política desde el siglo XIX hasta nuestros días.

Ya en la exposición, nos da la bienvenida la que fuera la segunda esposa de Fernando VII, la reina Isabel de Braganza, considerada la fundadora del Museo pues fue ella quien impulsó la creación de la pinacoteca idea que por cierto, entusiasmó a su felón esposo. Un soberbio retrato de la soberana pintado por Bernardo López Piquer la presenta como fundadora del Museo, en un lienzo cargado de simbolismo alusivo a esa condición.

Es esta la primera de ocho salas que se corresponden con otras tantas épocas históricas. El convulso siglo XIX se abre paso en la Hstoria. Con la desaparición de Fernando VII el absolutismo deja paso al liberalismo, un cambio de régimen político que tiene su reflejo también en el Museo. Se inaugura un período de desamortizaciones: la Iglesia queda despojada de sus bienes que pasan a manos del estado. Nace así el Museo de la Trinidad, una insititución que acoge una gran cantidad de obras procedentes de iglesias y conventos. Un museo que complementará al Prado: mientras en éste se acogen obras de pintores desde la Edad Moderna, la Trinidad se centra en el período anterior, la Edad Media.

El año 1868 marca un hito en la historia de España: la revolución llamada Gloriosa despoja del trono de España a la reina Isabel II. Este hecho tuvo consecuencias inmediatas para el Prado: cambió su denominación de Museo Real para convertirse en Museo Nacional y además el Museo de la Trinidad se fundió con él, aportando todos sus fondos. Todo ello dio a la institución una nueva dimensión: el Prado se convirtió en un museo moderno, el más moderno entre los museos que albergaban pintura antigua en Europa.

Se adoptan para el Prado nuevas medidas, muy novedosas y además se empieza a incorporar en sus fondos la obra de artistas vivos, transformándose en un Museo de Arte Contempóraneo. Nace también la política de depósitos: el museo presta sus obras a otros museos esparcidos por el territorio nacional, nutriendo así sus salas.

El Museo adquiere una dimensión internacional y se abre a los artistas. Pintores procedentes de todos los rincones de Europa acuden a sus salas para contemplar la obra de los grandes maestros y aprender de ellos, copiando sus cuadros, escudriñando su técnica: Courbet, Manet, Renoir… Velázquez es el pintor más admirado y el que más influye en lo que se van configurando como las primeras vanguardias del Arte.

La cuarta sala de la exposición se corresponde con otro periodo clave de nuestra Hstoria, el comprendido entre los años 1898 y 1931. Es en este momento cuando el Museo organiza sus primeras exposiciones: Velázquez, Zurbarán o Goya y se editan los primeros catálogos.

cataexposicionPor Real Decreto de 7 de junio de 1912, se crea el Patronato del Museo del Prado. Sus miembros son destacadas personalidad relacionadas con el Arte. Además, el Museo vive una edad dorada en cuanto a donaciones y legados: numerosas entidades y personas “regalan” al Prado obras de arte de incalculable valor: el visitante puede admirar algunas de ellas en una sala especialmente atractiva: Van der Weyden, Tiziano, Goya, Velázquez son los nombres propios que ocupan este espacio.

El 14 de abril de 1931 se proclama en España la II República, aprobándose enseguida su pertinente Constitución. Algo que, de nuevo, va unido al devenir del Prado. En su artículo 43, esa Constitución proclama la protección de todos los bienes del estado. Una medida pionera en la legislación no solo española, sino de toda Europa. Cinco años después estalla la Guerra Civil. En aras de salvaguardar las obras de arte, el Museo cierra sus puertas y se adoptan una serie de medidas para protegerlas: muchas de ellas viajan a Suiza donde permanecerán hasta el fin del conflicto. Unos vaivenes que recoge la exposición a través de interesantísimas fotografías que dan cuenta de la evacuación y retorno al Museo de los cuadros.

Acaba la guerra. Un nuevo régimen político se instala en España durante cuarenta años: el franquismo. La Dictadura utilizará al museo como escenario de prestigio y propaganda: sus salas se convierten en lugares habituales en los reportajes de las visitas de personajes ilustres.  En este tiempo, muchos pintores reflexionan sobre la situación política de España a través del arte: un diálogo que la exposición recoge a través de soberbios cuadros de pintura moderna.

Muere Franco y la Democracia se instala en España. Una nueva etapa histórica que tiene su reflejo en el Museo: entramos en una época en la que prima la relación del museo con los ciudadanos. Se adoptan nuevas medidas y un nuevo marco legal a la vez que se van incrementando las colecciones estatales.

Exposiciones, visitas escolares, conferencias, comentarios de cuadros y una web en la que se han incluido todas las obras expuestas -y otras que no lo están- del museo: factores todos ellos que han contribuido a que el Prado, esté más vivo que nunca.

  • Museo Nacional del Prado
  • Del 19 de noviembre de 2018 hasta el 10 de marzo de 2019