ELTIEMPOENSUSMANOS<<Majestad -el canciller Mercurino de Gattinara hincó la rodilla en el suelo ante Carlos-, los grandes electores reunidos en la Dieta Imperial en Fráncfort anuncian que habéis sido designado emperador y rey de Romano por unanimidad. El mundo está en vuestras manos.  Dios os ha colocado en el camino de la monarquía universal y os ha elegido como el soberano que unirá a todos los cristianos.

¿Cuál es el lema que utilizaréis en vuestro nuevo escudo? -Mi divisa será Plus Ultra-dijo Carlos. “Más allá” tradujo del latín Gattinara -. Ahora solo el mundo es vuestro límite, majestad>>.

De esta manera se le comunica a Carlos V de España y I de Alemania la ansiada noticia: su nombramiento como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, el título que ostentó su abuelo Maximiliano.

Tras el éxito de la primera parte de la saga de Los Austrias, José Luis Corral nos deleita con la continuación. En un post anterior reseñamos la primera parte del libro, voluminoso, pero que nos supo a poco. Ahora tenemos la oportunidad de proseguir la Historia a través de las páginas del título que hoy abordamos: Los Austrias, el tiempo en sus manos.

Los acontecimientos relatados abordan la época que transcurre entre 1519 y 1539, desde que Carlos V se convierte en emperador hasta la muerte de su amadísima esposa Isabel de Portugal. El esquema narrativo continúa con el iniciado en la primera parte. Realidad y ficción se funden a través de dos linajes muy distintos protagonizados, de una parte, por Carlos y su imperial familia y de la otra, por la estirpe de Losantos, la familia de médicos judíos que renuncia a su fe para hacerse cristianos y, de este modo, eludir su marcha de los reinos de España.

El tiempo de Carlos V, es un tiempo convulso (¿acaso ha habido algún tiempo histórico que no lo haya sido?). La Edad Moderna está en pleno funcionamiento. El feudalismo, sistema político y económico de la Edad Media, apenas es ya un atisbo de lo que fue. Es el tiempo de las grandes Dinastías, cuyos monarcas ostentan un poder absoluto concentrando en sus manos todos los poderes. La sociedad estamental en la que Europa se conforma, sigue dividida en dos grandes bloques: los Privilegiados y los que no lo son. El Clero y la Nobleza, continúan siendo poderes formidables pero algo ha cambiado. La determinación de los Reyes Católicos consiguió que la corona se situara, claramente, por encima de ambos: la monarquía se impone a la nobleza y consigue del Papado el Patronato Regio, la capacidad de elegir los cargos eclésiasticos para sus reinos. Algo está cambiando también dentro de ese profundo cajón de sastre que es el llamado Tercer Estado. Allí caben todos: pobres de solemnidad, campesinos, artesanos, comerciantes, banqueros… De entre todos los grupos, uno se va diferenciando del resto: la Burguesía. Y ocurre algo más: la esclavitud desaparece. Los pobres siguen siendo pobres, los campesinos continuarán trabajando bajo duras condiciones pero… son libres. Libres de ir de un lugar a otro, ya no están ligados a la tierra de su señor como en los tiempos de la larguísima Edad Media. Esto, que no ocurre en los países situados al Este del río Elba (los siervos de la Gleba existen en la Rusia del siglo XIX), será determinante para que en los siglos posteriores, estalle allí la revolución que dividirá a Europa en dos bloques. Pero esa, es otra Historia.

En este ambiente, un jovencísimo Carlos V se erige en el monarca con el mayor patrimonio territorial de su tiempo, lo que le granjeará no pocos enemigos. El libro arranca en el momento en que Carlos obtiene el título de emperador, y así se titula el primer capítulo: El Emperador. Abordando las primeras líneas del mismo, el lector queda cautivado, la lectura se torna compulsiva. El profesor Corral (no debemos olvidarnos que el autor es Catedrático de Historia Medieval) ha vuelto a conseguir atrapar al lector al escribir una novela que aborda la alta política y las intrigas palaciegas, pero también la supervivencia de la mayoría de la gente, aquella que se incluye en ese Tercer Estado que mencionábamos párrafo arriba. Personas que tienen que desenvolverse en unos tiempos difíciles, acosados por la peste y la viruela, con una esperanza de vida que no superaba los 30 años.

elfurorComo no podía ser de otro modo, se nos presentan los hitos más relevantes del reinado de Carlos V. Su recibimiento en los reinos de España no fue el que hubiera esperado. Pronto estallaron rebeliones por doquier: los Comuneros y las Germanías que, finalmente, fueron sofocadas. Desfilan también los grandes enemigos del Carlos V: Francisco I el rey de Francia, Solimán el Magnífico dirigente del imperio turco y el más inesperado de todos, Lutero, el fraile agustino -un tanto rebelde- que en noviembre de 1517  fijó en la puerta de la catedral de Witenberg sus noventa y cinco tesis con las que se declaró la Reforma, la herejía protestante. Empiezan así unas interminables “Guerras de religión” que se prolongan hasta bien entrado el siglo XVII.

Los capítulos centrales del libro prestan especial atención a la relación entre Carlos y su bella esposa, la reina Isabel, a la sazón, su prima hermana. El matrimonio fue -como no podía ocurrir de otro modo- una cuestión de estado pero ocurrió el milagro: surgió el amor. Una fascinación que no pasó inadvertida por los cortesanos. Prueba de ello es la carta que el embajador de Portugal escribió al rey Juan III:

“Entre los novios hay mucho contentamiento, a lo que parece…, y en cuanto están juntos, aunque todo el mundo esté presente, no ven a nadie; ambos hablan y ríen, que nunca hacen otra cosa”.

La época más feliz la pasó la pareja imperial en la hermosa ciudad de Granada, donde disfrutaron de una idílica luna de miel entre el encanto de los aposentos de la Alhambra y el hechizo de sus jardines, perfumados por una flor nueva que cautivó a la reina Isabel: el clavel traído de Persia.

La reina, además, actuó como una magnífica regente cuando su esposo abandonaba Castilla, lo que ocurría a menudo pues el emperador viajaba infatigablemente por todos sus reinos. En las largas ausencias de Carlos, Isabel actuaba como gobernadora de los reinos de España dejándose asesorar por los consejeros, pero mostrándose habilidosa y firme en la toma de decisiones.  Pronto la emperatriz quedó embarazada, colmando de dicha a Carlos: por fin nacería el esperado hijo legítimo, el que heredaría el vasto imperio, aquel que sería llamado el Rey Prudente, Felipe II.

La muerte de la emperatriz en Toledo el primer día de mayo del año 1539 deja a Carlos sumido en una profunda tristeza. Se iba su amante, su compañera, su amiga, su cómplice… Fue entonces cuando encargó a Tiziano, su pintor favorito, el magnífico retrato que hoy podemos contemplar en el Museo del Prado y que da cuenta de la belleza de la reina,  por la que suspiraban todos los poetas de la corte.

reina-isabel

Mirándonos, Señora, me confundo, pues todo el que contempla vuestro hechizo decir no puede vuestras gracias bellas.
Porque hermosura tanta en vos ve el mundo que no le asombra el ver que quien os hizo es el autor del cielo y las estrellas
”.

Se complementa el texto  con unos Apéndices que ayudarán al lector a situar la historia narrada y que incluye los árboles genealógicos de las Dinastías europeas, un índice onomástico de los personajes históricos que desfilan por las páginas, la cronología de los hechos relatados y un completo listado que reúne la abundante bibliografía manejada por el autor.

Un libro, en fin, que hemos leído con avidez y del que ya esperamos su continuación.